lunes, 12 de diciembre de 2011

" La mente no puede estar quieta. Necesita pensar de continuo, preocupándose. La mente funciona como una bicicleta; si sigues pedaleándola, continúa. En el momento que dejes de pedalear, te vas a caer! La mente es un vehículo de dos ruedas igual que la bicicleta, y tu pensamiento es un pedaleo constante. Incluso a veces si estás un poco silencioso inmediatamente comienzas a preocuparte, “¿Por qué estoy silencioso?”. Cualquier cosa servirá para crear la preocupación, el pensamiento, porque la mente puede existir sólo en una dirección, corriendo, siempre corriendo tras algo o huyendo de algo, pero siempre corriendo. En el correr está la mente. En el momento en que paras, la mente desaparece. En este momento estás identificado con la mente. Piensas que eres ella. De ahí viene el miedo. Si estás identificado con la mente, por supuesto, si la mente se detiene estás acabado, ya no eres más. Y tú no conoces nada más allá de la mente. La realidad es que tú no eres la mente, tú eres algo más allá de la mente; por lo tanto es absolutamente necesario que la mente se detenga de modo que puedas saber por primera vez que tú no eres la mente, porque todavía estás allí. La mente se ha ido, tú todavía estás allí… y con mayor alegría, mayor gloria, mayor luz, mayor conciencia, mayor ser. La mente era una pretensión, y tú habías caído en la trampa.

Lo que tienes que entender es el proceso de la identificación… cómo alguien se puede identificar con algo que uno no es. "

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